Good Bye Lennin

Esta película nos introduce a algunos aspectos de la estructura de la realidad:

1) El efecto que eso tiene en una subjetividad, una historia individual de la época, el encuentro con los objetos de
consumo, el objeto de amor y su goce marcado por Piernas desnudas.

2) La realidad como estructura de ficción. Hecha de palabras, especialmente de las palabras de la niñez del
protagonista, realidad de su fantasma.

La película comienza con un dolor familiar, un padre queabandona a su familia por una mujer en occidente, esto produce un shock en la madre, ella enmudece bastante tiempo, va internada a un hospital, y cuando regresa cambia un matrimonio por otro, se casa con la patria. Él capta en ese desplazamieto la sublimación de la energía sexual de su madre. Más adelante, cuando él ya es un joven llegan los tiempos de rebeldía en contra del régimen, ella una fanática de la Patria Socialista y su hijo luchando por la libertad. En octubre de 1989 comienzan las marchas sociales por la libertad. El hijo va a esas marchas y es detenido por la policía ante la mirada de la madre, quien se desmaya en ese momento y entra en coma.

Durante su internación ocurren los acontecimientos sociales más importantes de Alemania con la caída del muro de Berlín y la reunificación nacional. Esto tiene un efecto sobre los cuerpos de los habitantes, sobre su goce. El cuerpo se empieza a destapar, las mujeres comienzan a usar ropas más ligeras y a mostrar sus piernas. Él se siente en una revolución hormonal y no puede creer que ese goce no despierte a su madre. Reencuentra a la enfermera Lara y la corteja. El objeto voz es un objeto de intercambio fundamental entre madre e hijo, tanto en esta internación por el infarto, como en la que tuvo por la tristeza de la ida del padre, el hijo le habla.

Tanto así queda recortado el objeto voz, que él le deja una grabación aún en su ausencia física con la posibilidad que le otorga un gadget de la época. El mundo de los objetos se acelera. El mundo del trabajo se modifica, de lo artesanal a lo seriado, pasa de trabajar arreglando televisores antiguos a ser un junior de ventas de los nuevos televisores con antena satelital, mientras su hermana es cajera de Burger Kingy toma Coca Cola. De repente, la madre despierta. La culpa del hijo, lo lleva a tomar las palabras del Doctor al pie de la  etra; Mantenerla alejada de cualquier exaltación, algo difícil de sostener cuando ha caído el muro de Berlín y Alemania se había reunificado.

Piensa que en el hospital, con el contacto con otras personas se enteraría de las noticias, decide llevarla a la casa e inventar una pequeña Alemania socialista para su madre. Entonces el inventa una ficción, vuelve a decorar la casa con las cosas que habían desechado, se toma el trabajo de conseguir los comestibles que a ella le gustaban, y si no los encuentra se dedica a pasar alimentos de modernas latas a antiguos frascos, cambia etiquetas, busca los objetos por toda la ciudad, en los tachos de basura, que es donde fue a parar su vieja Alemania Socialista.

Se viene el cumpleaños de la madre, hay que festejarlo como si nada hubiera pasado, él comienza a reclutar gente del pasado de su madre, soborna a los niños cantores, busca sus viejos amigos, y hasta a un profesor viejo compañero de trabajo. En el cumpleaños algo irrumpe, en pleno festejo socialista, por la ventana, justo a la vista de la enferma se despliega un cartel de Coca Cola y ella se perturba por esa aparición, un objeto extraño a su mundo socialista. Es ahí donde el protagonista se dice algo sensacional “la verdad es algo incierto, podría adaptarla a la percepción de mamá”. Ahora hará películas para su madre.

La mentira de la Madre. El día que por fin regresan de visita a la antigua cabaña familiar, ella tiene algo que confesarles, el mito del abandono paterno era su propia ficción, el padre nunca se fue con otra a occidente, sino que fue ella la que por miedo no lo pudo seguir tal como lo habían planeado ambos. Ante su propia falta en cumplir su palabra, se inventa el abandono y como enemigo a la mujer de occidente. Ella se cree su ficción y para sellar su pacto de silencio se casa con el socialismo. Luego de decir esa verdad la madre se descompensa y es nuevamente internada por su sensible corazón.

Visita a su padre, le pide que visite a su madre moribunda, pero que mantenga la ficción, que invente algo. No le importa nada más de su padre. Otra vez la buena histérica, embajadora de la verdad, finalmente cumple su cometido y le dice a su suegra que el muro de Berlín ha caído, que occidente ha triunfado y que eso no era malo. No solo le dice una verdad sino que también le da una orientación “eso no es malo”. Ahora ella lo sabe, pero ella es quien no quiere romperle el corazón a su hijo y le sigue el juego con sus programas televisivos.

De esta manera queda claro para quien estaba montada esta ficción, no era para ella. Cuando la madre muere, sin él saber que ella sabía, se dice a sí mismo; mantuvimos todo igual, el país en que ella creyó, un país que nunca existió, un país que en mi recuerdo siempre estará ligado a mi madre.

El protagonista nos muestra como la verdad tiene estructura de ficción, está hecha de las palabras y las interpretaciones del fantasma del sujeto, de lo que él creyó ser el deseo del Otro, y también nos muestra de la necesaria función del velo que cubre el horror de un sujeto cuando todo en su mundo tambalea.